abril 16, 2007

El retraso digital


La brecha digital es un asunto que se ha convertido en más grave que la propia brecha económica. El mundo se ha dividido definitivamente, entre aquellos que generan y administran el conocimiento y otros que nos conformamos con consumir los productos generados. En mi experiencia de docente, que ha supuesto una ardua (y desordenada) tarea de actualización constante, he sido un desvalido testigo del vertiginoso avance de las herramientas del software, para no mencionar el del hardware, que se convierte en un imposible de comprensión para nuestro nivel académico. En sólo 15 años la innovación ha generado problemas como la tecnofascinación o la obsolescencia acelerada, que distorsionan aún más la difícil tarea de la transferencia y adquisición tecnológica. El retraso digital de países como Bolivia se identifica en la escuela, se consolida en las Universidades y se plasma en realidad en los ambientes laborales. El precario acceso a la tecnología es proporcional a la sub-utilización de los recursos tecnológicos por una falta de guía académica. Mientras en los niveles de autoridad se debate sobre lo ancestral y el rescate de identidades excluidas (que no está mal), tampoco se prioriza la necesidad del acceso y menos de la actualización tecnológica para nuestras escuelas. Menos aún se contempla la inclusión de esos criterios en los planes curriculares. Mientras los blogeros del mundo hacen el solitario esfuerzo por conducir las naves a los puertos de las "nuevas certidumbres", nuestra sociedad evade y estereotipa cualquier acción sea por la vía de la ideologización o por la de la evasión. El mercado restringe los accesos priorizando los aspectos comerciales estableciendo niveles sectarios de "portadores del conocimiento" del rumbo de la innovación, frente a una amorfa masa de aquellos que lo ignoran. Difícil tarea para los comprometidos que sabemos que solo involucrándonos en los rumbos tecnológicos podremos combatir la difícil acción de cierre de esa perversa brecha.

abril 12, 2007

Guayaquil, maravillosa


Es como estar en casa, .... los mismos rostros, los mismos códigos y las mismas búsquedas. Iguales contradicciones, inventadas por el absurdo. El contraste de colores, las pieles y los sentimientos, nos hacen uno en hermandad. Cómo sentirse extraño si uno es parte de este todo, así como el todo es parte uno mismo. Guayaquil es Latinoamérica, esa que es igual pero distinta como los sabores de las sazones de nuestros pueblos. El domingo próximo Ecuador define si cambia su constitución, pero estoy seguro que no cambiara su escencia. Difícil trance en este tiempo de "cambios", solo resta esperar la iluminación de lo divino, para que este pueblo que busca mejores días, logre encontrarlos con la sabiduría de sus gentes. Guayaquil......maravillosa.

abril 10, 2007

La nacionalización arrodillada.

Andrés Solíz Rada, el Ministro "Boca de Pozo" como lo apodó la prensa brasileña el pasado año cuando comandaba el proceso nacionalizador. Abogado, periodista y ex parlamentario. En los últimos 30 años fue uno de los más destacados defensores de los recursos naturales en Bolivia. Fue el primer ministro de Hidrocarburos de la gestión de Evo Morales. Ahora nos sorprende con este artículo que critica al proceso que él mismo inventó. Los comentarios son bienvenidos para abordar el complicado proceso nacionalizador.

Los intentos de los pueblos oprimidos por liberarse del sometimiento imperial son enfrentados unas veces por la violencia brutal y directa, como la ejercitada por la CIA para derrocar a Jacobo Arbenz, en Guatemala, en 1954, o Salvador Allende, en Chile, en 1973, o inoculando el virus de la parálisis, la desorientación y el desaliento en el torrente sanguíneo del movimiento transformador, como ocurrió en Bolivia, con la Revolución de 1952. La Revolución de 1952, siguió llamándose proceso revolucionario después que EEUU hizo abortar la nacionalización de las minas, al impedir la instalación de fundiciones de minerales, tomó el control del petróleo, a través del Código Davenport, y centralizó, en su Embajada, en La Paz, toda la información oficial.Con la tercera nacionalización del petróleo, del 1-05-06, ocurrió esto último. Las petroleras aparentaron acatar la medida e, inclusive, “aceptaron” el contrato marco, por el que se convertían en prestadoras de servicio, de manera que YPFB recuperaba la propiedad, la posesión y el control absoluto de los recursos del subsuelo. Esta vez el virus castrador fue inoculado mediante el “inocente” anexo “F”, por el que los Contratos de Operación se convirtieron en Contratos de Producción Compartida. Por los Contratos de Operación, las Petroleras ejecutan por sus propios medios y por su cuenta y riesgo, a nombre de YPFB, las actividades de Exploración y Explotación, a cambio de una retribución.
Por los de Producción Compartida, las Compañías recobran el derecho de anotar el valor de sus participaciones en el negocio petrolero, incluyendo las reservas de gas asociadas al mercado de exportación, sobre las que tiene derecho propietario, lo que hacen constar en sus balances primero y en las Bolsas Internacionales de Valores después.
Con este antecedente, Petrobrás informó, el 31-03-07, que suscribió en La Paz Contratos de Producción Compartida, lo que le permite anotar el valor de las reservas en las Bolsas de Valores. Como contrapartida, la nacionalización del primero de mayo se convirtió en cáscara vacía, de manera que el gobierno tuvo que limitarse a afirmar que había logrado mayores ingresos por la venta de mayores volúmenes de gas y petróleo.
Propuso, sin éxito, que las fórmulas del anexo “F” sean conocidas por el Senado en sesión reservada, es decir de espaldas a la ciudadanía. Paralizó los juicios por los delitos de contrabando, evasión impositiva y estafa cometidos por las transnacionales. Pasó a mostrarse las nuevas exportaciones a la Argentina como un fin en si mismo y no como un mal necesario, a fin usar esos recursos para el fortalecimiento nacional. YPFB no controlará la cadena productiva ni podrá impulsar la industrialización de los hidrocarburos.
Debido a lo anterior, Bolivia tiene ahora grandes dificultades para obligar a las compañías a abastecer el mercado interno a precios inferiores a los internacionales. Continuará exportando materia prima con destino a las industrias de Argentina y Brasil, mediante la construcción de enormes gasoductos, en tanto las regiones del interior del país seguirán careciendo de recursos energéticos. Tampoco podrá, con la garantía del valor de las reservas, anotadas por empresas foráneas, obtener los préstamos necesarios para impulsar proyectos capaces de transformar nuestra economía.
¿Podía Bolivia seguir otro camino y enfrentar al monstruoso poder de las petroleras, respaldadas por potencias imperiales, como EEUU, Inglaterra, Francia y España, así como por los organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial, el BID y la CAF, además de centenares de ONG que han copado posiciones claves dentro del MAS de Evo Morales? ¿Por qué demandar al primer presidente que se reclama indígena una conducta más radical que la exigida, por ejemplo, a Kirchner y Lula, quienes, finalmente, están a la cabeza de países con mayores posibilidades de resistir al Nuevo Orden Mundial, liderado por esa mezcla de fanático y demente que es George Bush?
¿Podía optarse por el rumbo de hacer prevalecer la dignidad y el interés nacionales, plasmados en el Decreto de Nacionalización, con sólo el respaldo del gobierno cubano o del régimen de Chávez, una de cuyas bases de su economía está asentada en el consumo norteamericano del petróleo venezolano?
Posiblemente, la respuesta sea negativa. Evo tenía pocas opciones de hacer algo diferente de lo que hizo con los contratos petroleros. Perdió, en cambio, la oportunidad de hacer algo profundamente revolucionario. Ello consistía en decirle la verdad al país, lo que hubiera fortalecido su liderazgo moral frente a los sectores excluidos de América Latina, para los que representa una esperanza.
Al no hacerlo, está ofreciendo un desolador espectáculo, en el que las transnacionales petroleras, parlamentarios neoliberales que apoyaron a Hugo Bánzer Suárez y Gonzalo Sánchez de Lozada, junto a los dirigentes del MAS, convocan al pueblo a respaldar los Contratos Petroleros, signados por el siniestro anexo “F”, y que, en lo fundamental, contribuirán a mantener la sumisión de Bolivia a los centros de poder mundial.

abril 08, 2007

Lunes, otra vez


Como todos los domingos en la noche, el síndrome del lunes vuelve a agobiarme. El ritual se repite inexorablemente. Cuanto no quisiera detener el tiempo ante mis temores, cuanto no quisiera apurarlo para cumplir las metas propuestas y postergadas. Hay lunes buenos y otros malos, lunes que alegran y otros que duelen, lunes de fiesta y otros de luto. El lunes pasa como cualquier día, pero es el hecho de pensarlo desde el día antes que hace que el vértigo y la nausea se hagan rutina. La sensación pasa y hace que me adormezca…. solo basta esperar que llegue. ¡Lunes, otra vez!

abril 06, 2007

Invitación

Invitando a la familia. Aqui estoy, sigo vivo.

Sebastián Molina y una excelente reflexión


Viernes Santo, espacios para la reflexión. Sebas Molina nos invita a entrar en una de ellos, "Dolor ante la migración" en su blog "PlanB".
La foto ilustra muy bien el contenido.

abril 03, 2007

Consulados

Consulados:

Un excelente comentario de alguien que ha vivido, que ha trabajado, que tuvo experiencia diplomática y consular en España, cuando el fenómeno de los migrantes bolivianos comenzó a hacerse manifiesto. El tema no deja de ser apasionante cuando la política exterior del nuevo gobierno no encuentra fórmulas contemporáneas para convertirse en tal. Como siempre Julio Aliaga poniéndole el picante al análisis.

Migraciones e invasiones

El final de siglo nos propuso pensar que las diferencias podían ser superables. La democracia occidental se pensaba en una armónica expansión, bajo la complicidad del consumo y el mercado. La explosión del comercio internacional se invento la idea de lo global y esta se camufló en la sutileza de lo tecnológico. Los apocalípticos nos hablaban del “control total” y los integrados fueron más convincentes con su idea de la superación de lo territorial, lo temporal y lo espacial. Esas barreras ya no lo serían más. Todo parecía marchar con calma. La solidaridad de parte de aquellos que habían resuelto el problema su problema de hambre, podía ser posible. La propuesta amable de un mundo para todos trataba de esbozarse ante múltiples escenarios menores de enfrentamiento e intolerancia. Había que mirar más allá sin prejuicios y la reciprocidad resolvería las demás diferencias. La metáfora del muro jamás volvería a levantarse para dividir al mundo en dos.

No obstante, la tolerancia propuesta comenzaba a desportillarse. Las dos torres que se cayeron pusieron de cabeza al planeta. La ironía globalizaba las amenazas del terror y la desconfianza entre semejantes se hizo institucional. La brecha económica siempre había estado separando a los que tenemos la misma imagen y semejanza, pero el añadido de los tiempos incorporó otros elementos adicionales. Una brecha invisible y sutil comenzaba a diferenciar a los unos de otros. Esta vez la era digital proponía una nueva separación más cruel e injusta. El Norte y el Sur se desdoblaban, mientras la acumulación de la riqueza dejaba la industria y la tierra para descubrir una nueva dimensión: la del conocimiento. Se volvió a mirar al “otro” como amenaza y la convivencia comenzó a depender del respeto a los espacios vitales y los equilibrios mínimos. Una vez más, la migración latente y manifiesta comenzó a advertirse bajo otras formas de valoración.

Dados los fenómenos migratorios, muy pocos años iban a pasar para levantar nuevos muros, reales y virtuales. Los reales los quiere construir el vaquero de Texas, quien no ha superado (o comprendido) aquello de lo sutil. Los muros virtuales se levantan con mecanismos más delicados. La idea de lo global promueve que los recursos tangibles y materiales de transformación, deben circular sin restricciones. No obstante, las personas deben servir unas a otras (ojo, sin incomodar), pues las que se aprovechen de los espacios cedidos deben ser desechadas, de otro modo la migración se vuelve invasión. En otra perspectiva: la mano de obra barata, la productividad (con explotación agregada), las divisiones internacionales del trabajo y la categorización de personas, conforman el nuevo panorama global que olvida lo recíproco y lo solidario. Para ello se estimulan y promueven el funcionamiento de flujos migratorios solapados, en tanto no lleguen a invadir los espacios no permitidos.

Los artificios se reinventan, los recursos naturales de algunos pueden entrar sin restricción, pero las mercancías de los mismos no pueden amenazar las de los primeros. De igual manera, unos pueden moverse con toda posibilidad por el globo, mientras que los otros serán controlados con visas, exigencias documentales y controles culturales. La solidaridad pregonada hace poco, hoy es un romántico recuerdo de los errores de aquellos seres soñadores que nunca vieron amenazados sus espacios laborales, culturales, sociales y vitales. Migración e invasión vuelven a repensarse y combatirse. La historia se repite cíclicamente. Todo anda bien mientras no se rompa el equilibrio y se invadan los espacios vitales. El desprecio al que migra comienza cuando se resignan los privilegios acumulados. Ahí la solidaridad es sólo un postulado lírico, bueno para los discursos pero impracticable cuando se deben compartir aquello que costó lograrlo.
Encontrar culpables es negar la naturaleza humana, que responde a su circunstancia histórica estableciendo sus mecanismos de defensa ante el riesgo inminente. La historia del mundo es una constante de migraciones e invasiones. Lo que viven los bolivianos que buscan irse a Europa hoy es quizás una muestra más civilizada, pero no menos cruel de lo que vivieron el pasado siglo (sin ir muy lejos en la historia), los judíos alemanes, los polacos, los italianos en EEUU o los españoles exiliados. Barcos completos de rechazados que iban de puerto en puerto buscando la ayuda y el asilo. Ningún candado gigante o siete mares en frente, ninguna actitud xenófoba pudo frenar el ideal de un futuro mejor. La historia es la misma, solo cambian los sujetos. Solamente queda exhortar hacia delante un principio más humano y recordar que alguna vez se fue aquello que hoy se combate.