La ausencia de escenarios y la falta de una práctica democrática de tipo incluyente vienen contribuyendo a generar una crisis en el debate y la tolerancia de nuestro espacio público boliviano.
marzo 10, 2009
Sin mayores comentarios
Así como elevé mi protesta cuando fueron castigados y humillados varios campesinos en Sucre o cuando fueron apaleados ciudadanos del occidente en la Plaza de Santa Cruz, de misma forma protesto por lo sucedido el sábado a Víctor Hugo Cárdenas. Un desvirtuado sentido de "comunidad" fomentado por oscuros intereses políticos, han logrado mostrar la terrible imagen de la delincuencia y el terror, confundido con un extraño sentido de justicia. Lo grave es que las instancias llamadas a llamar a la cordura y la sensatez, tomando distancia del hecho, más bien se ocuparon de emitir su juicio de valor cómplice y negativo. Solidaridad con el ofendido y nada justifica la saña contra las mujeres y los menores.
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3 comentarios:
La violencia (venga de donde venga) solo demuestra la carencia total de ideas.
No voy a entrar al argumento del gobierno de apoyar implícitamente lo sucedido. Pero, es importante manejar los hechos lejos de la pasión. Víctor Hugo Cárdenas había tenido un proceso de descalificación sostenida en su comunidad de origen inherente a varios motivos y que se vinieron arrastrando desde hace varios años. Sin justificar nada de lo ocurrido, pero encuentro ciertamente imprudente el exponer a la familia, tomando en cuenta la situación y espero que no exista, por detrás, una cuota de oportunismo con miras a una eventual candidatura. El año pasado se escuchó en los círculos del interés político que lo mejor que le podía pasar a un militante desafiante (challenger) es que lo peguen frente a una cámara.
Contra el miedo y la ira; a restaurar la democracia. Gracias por todo.
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