febrero 06, 2008

Carnaval e Indolencia, luego la Cuaresma


Traté de hacer algún artículo de mayor propuesta sobre el tema, pero el estado de ánimo no era el mejor. Dicen que en Bolivia perdimos el mar por festejar un Carnaval, no se hasta que punto será cierto. Pero tampoco podemos negar la fuerza de la fiesta en la actitud social general. Puede pasar todo pero no se deja de festejar la fiesta de la carne. En el medioevo, la Iglesia permitía dar rienda suelta al instinto, la protesta, la crítica y los impulsos más básicos del ser humano. Con el avance del tiempo, la cosa no ha cambiado mucho en sociedades donde el arraigo a ese tipo de fiesta es profundo. En Brasil y Bolivia (a manera de ejemplo), el tema es muy fuerte y se constituye en una institucionalidad social. Pueden haber innundaciones, accidentes aéreos, conflictos sociales, polarización generalizada, inflación, desempleo y tragedias, pero la fiesta contnúa y no la para nadie. Las agendas políticas omiten compromisos durante esas fechas y las gestiones económicas (públicas, privadas, comerciales o productivas) relajan o incrementan su actividad según sea su relación con el hecho. Mientras la suma de damnificados por las lluvias y riadas asciende a 41.500 personas en el país, el resto de la población bailó, bebió, gastó, comió y no se conmovió con nada...... es el Carnaval.
Miércoles de ceniza, comienza la cuaresma y el imaginario colectivo volvera a su ritmo. Se aterrizará en la realidad cotidiana y a los problemas. Entraremos a una etapa de reflexión y la agenda política seguramente volverá a ponerse candente. Se acabó el Carnaval de la indolencia y la frivolidad. Finalmente, nos contentaremos diciendo. "quién nos quita lo bailado".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estos Carnavales, quién inventaría......